Cuando las ideas te eligen.
Recuerdo haber leído un libro que marcó mi vida creativa. Por esos días me había mudado a la capital con apenas 600 mil pesos chilenos para sobrevivir durante mis estudios universitarios. Tenía —y aún tengo— un hambre inmenso por hacer realidad mis sueños de ser un artista musical.
Antes de mudarme, tuve una conversación con mi madre. Yo estaba tan seguro de lo que quería que incluso le hice un PowerPoint con mis planes. Esa tarde, después de presentárselo, le dije:
“Si de algo estoy seguro, es que sé escribir canciones.”
Ella me miró y no me juzgó ni me cuestionó. Y ese gesto, tan simple, fue una bendición.
Desde niño la música me ha acompañado como un eco constante. Cuando descubrí a los artistas que tanto admiraba, me embobé y decidí que yo también quería ser uno. Mi visión era clara: convertirme en el artista pop más grande de Chile.
Tenía la idea, el talento y la valentía para perseguir ese sueño.
Las ideas como seres vivos
Ese mismo año, en Santiago, encontré un libro que me liberó: Libera tu magia. En él, la autora plantea que las ideas son pequeñas almas, energías flotantes que viajan por el mundo buscando a las personas que estén disponibles para ellas.
Esa visión me cambió. Yo pensaba que las ideas eran “mías”, pero en realidad son ellas las que nos eligen. Desde entonces decidí abrirme, conversar con el aire, mostrarme, estar disponible.
Este sitio web también es eso: una forma de abrirme más allá de mis límites. Si Jeremy estaba destinado a vivir en una ciudad pequeña en el extremo sur de Chile, Jimmy no. Y Jimmynimie, mi alter ego, va aún más allá, rompiendo los límites de lo que yo mismo había trazado.
Creer en las ideas es creer en uno mismo
Vivir en la creatividad es, en gran parte, un acto de fe. Las ideas son energías maravillosas que nos mueven, nos transforman y nos cambian. Puedes ignorarlas… o puedes darles la mano y dejar que te lleven: a una ciudad nueva, a cambiar tu nombre, a escribir una canción, a pintar un cuadro.
Confiar en las ideas me ha hecho cambiante, pero me ha dado una identidad sólida. Cuando crees en ellas, también crees en ti.
A veces pienso que este mundo, con todas sus capas, es solo un tránsito de realidades. Y tal vez, en otra dimensión, nosotros mismos seamos las ideas que andan buscando un cuerpo para manifestarse aquí.
¿Cómo saber si una idea es para ti?
Cuando una idea golpea tu puerta, lo sabes.
Puedes cerrar los ojos y verte dentro de esa realidad con absoluta claridad. Aunque nadie más lo entienda, dentro de ti hay una certeza que no se mueve.
Ejercicios para recibir ideas
- Hablar con ellas. Decir en voz alta lo que ronda en tu cabeza. Ponerlo en palabras ya es manifestar.
- Performar. Vestirte, actuar, moverte como si esa idea ya fuera real. Como los artistas que ensayan su discurso de premiación antes de ganar nada.
- Dibujar. Esquematizar tus sueños, hacer planos, atraparlos en un papel. Patti Smith decía que corría por el bosque persiguiendo palabras: esa búsqueda es también una forma de atrapar ideas.
- Moverse. Salir al encuentro de esa energía. Caminar, viajar, cambiar de lugar.
El valor de una idea
Una idea exige coraje. Pide tiempo, inversión, trabajo. A veces, incluso hambre y desvelos. Pero la certeza de que esa idea te eligió y que un día será real es el alimento más poderoso que existe.
Porque al final, las ideas son nuestras mejores amigas.
Y creer en ellas es, en el fondo, creer en nosotros mismos.
